Podríamos definir maridaje como la unión perfecta que nos permite saborear y disfrutar con los cinco sentidos de la comida y la bebida. El mundo de la gastronomía tiene un sinfín de matices, aromas, percepciones y sabores, muchos de ellos muy personales, que hace difícil que podamos establecer unas reglas fijas al respecto. Por lo tanto, no es nuestra intención aleccionar a la gente sobre con qué debe y con qué no debe acompañar cierto plato o cierta cerveza, si no dar algunas pequeñas ideas al respecto.
Al ser un mundo tan complejo y amplio, aprovecharemos este artículo para dar unas pinceladas generales sin entrar mucho en materia y, próximamente, iremos detallando cada una de ellas proponiendo ideas más concretas al respecto.
A la hora de maridar un plato con una cerveza hay que tener en cuenta ciertos criterios más o menos establecidos:
- Los sabores de la cerveza no deben sobresalir por encima de los del plato, ni viceversa. Todo debe tener su importancia.
- Debe haber un equilibrio entre los aromas y sabores. De esta manera la cerveza puede equilibrar el sabor o aroma mas potente presente en el plato, teniendo lugar un maridaje por complemento.
- En contraposición al punto anterior, el maridaje también puede ser por contraste, es decir, la cerveza proporcionará el contrapunto al plato. Debemos tener cuidado de que ninguno de los dos sabores sobresalga; la “contienda” debe acabar en empate.
Partiendo de esta base y dejando claro una vez más que el maridaje dista mucho de ser una ciencia exacta en la que las percepciones personales juegan un papel fundamental, se ha llegado a una serie de conclusiones coherentes y bastante lógicas que pueden resumirse en las siguientes pautas.
LA CERVEZA Y LOS ÁCIDOS
- La cerveza combina especialmente con los escabeches, ya sean de carne o de pescado. La presencia marcada del vinagre es contrarrestada por el amargor característico de algunas cervezas.
- Por el mismo motivo, las ensaladas, muchas de ellas aliñadas con vinagre, maridan perfectamente con la cerveza. También aquellos aliños en los que esté presente la mostaza.
Los platos en los que dominan los ácidos encuentran en la cerveza el maridaje perfecto.
- El tomate es otro elemento con una acidez muy presente. Por ello, los platos en los que es protagonista como el pisto, las cazuelas o el “pan tumaca” pueden ofrecer interesantes maridajes con cerveza.
LA CERVEZA, LOS PICANTES Y LOS PLATOS MUY ESPECIADOS
- El picante puede producir en la boca cierta sensación de “agobio” que no admite demasiadas soluciones. Una de ellas sin embargo es la cerveza, que proporciona el contrapunto perfecto a esa sensación y consigue mitigarla en gran medida.
- Tanto el ajo como el pimentón son elementos muy agresivos en la boca por lo que no es fácil encontrar un maridaje para ellos. La cerveza, una vez más, acude a nuestro rescate y nos sirve de perfecto acompañamiento a un buen chorizo por ejemplo.
La cerveza es la contraposición perfecta a la sensación producida por el picante.
- Como no podría ser de otra manera, la cocina mexicana, con sus sabores picantes de chile, pimienta o guindilla y sus aromas intensos de cilantro o jengibre, es un acompañamiento ideal para la cerveza.
- También la cocina oriental, sobretodo la japonesa, que utiliza salsas muy potentes para bañar sus platos (wasabi o soja entre otras) encuentra en la cerveza un contrapunto muy interesante.
LA CERVEZA Y LOS AHUMADOS Y MARINADOS
- Para los ahumados de carne y de pesacado, la cerveza sirve como maridaje perfectamente. Muchos embutidos y salchichas (que además suelen ser bastante especiados) y los pescados ahumados encuentran en la cerveza un buen aliado.
- Los pescados marinados, entre los que destaca el salmón, encuentran en la cerveza una gran compañera de viaje por el contrapunto que pone a su sabor muy marcado.
El contrapunto en el sabor, convierte a la cerveza en perfecta compañera de marinados y ahumados.
LA CERVEZA Y LAS GRASAS
- Los platos especialmente grasientos como pueden ser los fritos, la carne de cerdo o los huevos que se sirven con la yema líquida, pueden dejar la lengua y el paladar recubiertos de una fina capa de grasa que impide captar sabores de bebidas complejas como el vino. En estos casos una cerveza suave y fresca es el elemento adecuado para acompañar estos platos ya que nos servirá además para “limpiar” la boca.
- Los pescados azules también son pescados muy grasos y de intenso sabor. Una buena cerveza aportará el contrapunto refrescante adecuado.
- Coincide también que los quesos más grasos, de textura cortante y con una tendencia ácida son los más adecuados para maridar con cerveza.
Una cerveza suave y refrecante “limpia” la boca de la presencia de las grasas.
LA CERVEZA Y LOS SABORES AMARGOS
- Ciertas verduras como las alcachofas y las endibias son difíciles de maridar. Una cerveza muy intensa y con cuerpo puede sacarnos de más de un apuro.
LA CERVEZA Y EL DULCE
- El chocolate tiene un conjunto de aromas y sabores muy fuertes y no admite cualquier bebida como acompañamiento. La cerveza es un buen acompañamiento en muchos casos y las perdices o codornices con salsa de chocolate maridan perfectamente con cerveza.
- Muchos postres dulces acompañados de cerveza negra con matices de regaliz y frutos secos se convierten en el matrimonio perfecto para poner el punto y final a una gran comida.

LA CERVEZA Y LAS BRASAS
- Los sabores tostados de la carne a la plancha armonizan perfectamente con una cerveza de cuerpo medio.
- Siguiendo este punto y acentuándolo con la presencia de salsas como el kétchup y la mostaza, encontramos que la cerveza es el acompañamiento ideal para una buena hamburguesa.
Estas son sólo algunas ideas para unir el universo cerveza con toda la gastronomía pero, insistimos, aquí lo más importante son las experiencias y gustos personales… ¿Tenéis vosotros algún truco o alguna combinación estrella de esas que nunca falla? ¡Comentádnosla por favor!